PREGUNTAS FRECUENTES

Bien, no dudo que existen instrumentos de fabricación en serie bastante aceptables, y en ocasiones con un sonido y acabados de buena calidad, ideales para iniciarse en el mundo de la guitarra. Pero en el momento que un guitarrista busca mas expresividad, proyección y colores deberá recurrir a un instrumento artesanal. En mi taller, cada pieza, cada encoladura, cada proceso está realizado por mí, cada guitarra se construye de forma individual, cada madera es diferente en cuanto a densidad, elasticidad, resonancia, etc…y por eso cada pieza debe elaborarse de forma diferente, se podría decir que durante el proceso de elaboración de un instrumento la madera te habla, y hay que saber escucharla.   

Esta es una pregunta muy frecuente entre los guitarristas, y la respuesta en todos los casos es la misma: depende del sonido que busques. Por lo general el sonido del Abeto es más brillante, con agudos mas definidos, y en cuanto al sonido del Cedro se podría decir que es más redondo, con bajos profundos y ricos en armónicos. Pero también depende mucho de la procedencia de cada madera, que a su vez aporta cualidades diferentes, así que, se podría hablar largo y tendido de las cualidades acústicas de las maderas y sería difícil llegar a una conclusión.

Todas las guitarras que salen de mi taller cuentan con una garantía de construcción al comprador original y mientras posea este instrumento, esta garantía no cubre el desgaste habitual o cualquier daño por el uso inadecuado del instrumento, exposiciones a temperaturas adversas, por modificaciones y/o  reparaciones no realizadas en el taller de guitarras Samuel Pérez.

El acabado que utilizo para mis guitarras es la Goma Laca tradicional aplicada con muñequilla, también está la opción de un acabado mixto,  barnizando aros, fondo y mango con barniz sintético y tapa con goma laca, esta última opción aporta algo más de resistencia al desgaste del barniz por ser un acabado más duro, en la tapa siempre utilizo goma laca por ser esta una parte vital la vibración y resonancia del instrumento.    

Por mi sistema de trabajo, suelo tener una cierta flexibilidad en el procedimiento del encargo, lo más importante para mi es explorar en los deseos y las necesidades del cliente, que se traducirán mas tarde en un instrumento que se adapte al máximo a las pretensiones del guitarrista. Si es posible, intento concretar una visita al taller para crear una relación más personal con el cliente, si no, al menos a través de una serie de llamadas telefónicas o correos electrónicos iremos dando forma al proyecto.
Tras la primera toma de contacto enviare un sencillo formulario para rellenar, y concretar ya por escrito las características técnicas del instrumento, y la forma de pago.

En mi taller trabajo yo solo, y todo el proceso de construcción está realizado por mí de la forma más artesanal. El tiempo de espera para encargar un instrumento mío es de entre 6 y 8 meses, dependiendo del trabajo que tenga en el momento de realizar el pedido, durante este tiempo, el cliente recibirá periódicamente una serie de fotografías de la evolución de su futura guitarra.

Los principales factores que pueden dañar nuestro instrumento son la temperatura y la humedad, lo ideal sería mantener nuestro instrumento en unas condiciones estables aunque a veces eso no sea fácil, pues muchos guitarristas viajan constantemente a lugares donde las condiciones no son las óptimas, en el mercado existen diferentes productos que pueden ayudarnos a que estos cambios no sean tan agresivos. Para que nuestra guitarra pueda estar a nuestro lado por muchos años la temperatura ideal estará entre los 22 y los 28 ℃ y la humedad será de entre el 45 y 55%, estos datos son aproximados y orientativos para conservar un instrumento en perfectas condiciones. Es recomendable también, que cuando se aprecie un desgaste importante en el barniz, sobre todo si es goma laca, este sea restaurado, el barniz protege la madera de pequeños roces y es importante que esté en buenas condiciones, también cualquier fisura por pequeña que sea, deberá ser restaurada lo antes posible para impedir que esta vaya a más.